viernes, 10 de abril de 2009

Aprendiendo a ver

Aprendiendo a ver

Es mediodia y James Baldwin está caminando con un amigo por las calles del sur de la isla de Manhattan. La luz roja los detiene en una esquina. Mira- le dice el amigo, señalando el suelo-.

-Mira, mira-. Nada. Alli no hay nada que mirar, nada que ver. Un cochino charquito de agua contra el borde de la acera y nada más. Pero el amigo insiste: "¿Ves? ¿Estás viendo?".

Y entonces Baldwin clava la mirada y ve. Ve una mancha de aceite estremeciéndoce en el charco. Después, en la mancha de aceite ve el arcoiris. Y mas adentro, charco adentro, la calle pasa, y la gente pasa por la calle, los náufragos y los locos y los magos, y el mundo entero pasa, asombroso mundo lleno de mundos que en el mundo fulguran; y así, gracias a un amigo, Baldwin ve, por primera vez en su vida, ve.

Eduardo Galeano/ Memorias del fuego

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